El escritor H. Lanvers acaba de acometer un desafío mayor que alcanzar la cresta del Kilimanjaro, el coloso de Africa, a 5895 metros de altura. A poco de publicarse su novela AFRICA HOMBRES COMO DIOSES hizo cumbre como best seller : su libro está segundo en ventas, detrás de Marcos Aguinis, en el ranking de El Ateneo, Cúspide y Grand Splendid. Y quinto, en la lista de Librerías Santa Fe.
¿Quién es el hombre oculto detrás del nombre enigmático? ¿Un británico que se hartó de cazar leones en Tanzania? ¿Un africano blanco que salió a competir con el octogenario y millonario Wilbur Smith, vendedor de 80.000 millones de ejemplares?
H. Lanvers es Hernán Silva Lanvers, un médico cirujano cordobés, de 45 años, soltero, que se confiesa "tan enamorado de las altas montañas como de las africanas", según dice en una charla con LA NACION. Lanvers apareció en la redacción con una mochila de cierre falseado, de la que iba perdiendo las cosas. Fue el equipaje que trajo desde Córdoba, en el que llevaba un suéter y un par de ejemplares de su libro.
Con varias copias del mismo libro que en 2003 publicó Ediciones del Boulevard -la misma que editó a su reconocida coterránea Cristina Bajo- inundó la sede de Random House en Buenos Aires y varias redacciones periodísticas, como la de LA NACION. "Saqué los nombres de Internet, y le mandé un ejemplar hasta a la gente de seguridad. Se lo dejé también a José Ignacio García Hamilton y a Félix Luna." El historiador le respondió, según Lanvers, que la novela "es muy interesante, entretenida y bien escrita".
El protagonista blanco de Africa, hombres como dioses se llama Tom Grant y no habla como argentino, sino con el castellano de España. Desenfadado, casi ingenuo o quizá jugando a serlo, Lanvers dice a LA NACION: "Como Wilbur Smith publica cada dos años, aspiro a que mi nueva novela salga justo el año en que no se publica uno de sus libros". Smith lleva 32 libros publicados. Lanvers ya prepara dos entregas más de su flamante serie.
El libro de Lanvers se lee de un tirón. Que el autor sea cordobés resulta tan raro como conocer su proceso creativo: escribe en un cuaderno amplio, deja uno o dos renglones entre línea y línea escrita para incorporar nuevas correcciones, y borra con corrector líquido. "No tengo computadora; por eso escribo a mano. Y no tomo notas cuando viajo, pero comparto mucho tiempo con la gente del lugar", dice este cordobés sin tonada que vivió en la Patagonia.
Cuando vivía en Comodoro Rivadavia le nació el interés por Africa: "Hay una colectividad de bóeres que son sudafricanos descendientes de holandeses. A los 10 años jugaba a los bóeres y zulúes". En su novela cuenta la historia de Shaka Zulu, creador de un imperio en Africa del Sur.
Lanvers dice que empezó a leer sobre Africa a los 8 años. "Me pasaba seis horas leyendo libros de aventura. Tengo una biblioteca con libros sólo de Africa. Además leo a Sidney Sheldon, Julio Verne, Salgari, Jack London y Stevenson. Pero no puedo leer a César Aira, porque no entiendo qué me quiere decir", admite. Un musungu en Africa
Habla, además de inglés, "unas 300 palabras de la lengua africana swahili". Escala solo los montes más altos del continente negro. Y ha vivido no pocas situaciones dificiles. Es el riesgo de ser musungu (hombre blanco) en el continente negro.
Una tarde, tras escalar el monte Kenya, "era el único blanco, rodeado de negros. A orillas del camino se abría la selva. Era necesario llegar a uno de los refugios, antes de que se cerrara la noche, porque después los animales salen a cazar. Los negros corrían como maratonistas. Y yo no podía ni caminar. Al final, llegamos". También sobrevivió a una paliza en Nairobi, capital de Kenya. Le arrebataron la mochila y lo molieron a golpes.
Dice Lanvers que con tamaña pasión por Africa no le dura novia. El Kilimanjaro le costó una ruptura con la de los dos últimos años. "Cuando voy a Africa, visito a otras novias que tuve allá. Quizá, con el tiempo, termine viviendo en ese continente. Pero es muy denso para la mujer blanca."
Nunca trabajó como médico este sucesor de Wilbur Smith. Cuenta que, cuando estudiaba medicina, llegó a dormir en la calle y pasó hambre. Se propuso hacer dinero y viajar, y por eso montó un instituto que prepara alumnos para el ingreso universitario. Su padre también intentó labrar su futuro en Sudáfrica. Pero a su madre la desalentaba vivir entre negros. El médico que viajó con su padre sucedió al pionero de los trasplantes cardíacos, Christiaan Barnard.
Lanvers no puede creerse todavía el éxito. De ello dependía su futuro como escritor. Hoy ya escribe la tercera novela, mientras la segunda calienta motores en la pista de despegue.
Africa mía Una vida nómade
La novela de H. Lanvers tuvo una edición en Córdoba, en 2003, hasta que desembarcó en Buenos Aires este año. La primera edición de Plaza & Janés, hace un mes, tuvo una tirada de 12.000 ejemplares.
H. Lanvers ha escalado montañas en Africa y en Asia. En el continente negro estuvo ocho veces. En su casa cordobesa colecciona objetos exóticos de sus viajes por esos lugares. Su obsesión es viajar.
Es un fanático del célebre Wilbur Smith, de quien ha leído todos sus libros. Smith publicó 32 novelas.
Lanvers se considera un solitario, por eso viaja y escala con la única compañía de su mochila. Dice que es un hombre sin pasado, porque ha vivido tanto tiempo fuera de Córdoba como en la provincia. En la Patagonia, tuvo contacto por primera vez con la cultura africana.
Antes de debutar con Africa, hombres como dioses , publicó una guía médica titulada Kilimanjaro . En el libro brinda datos de las enfermedades, vacunas, tratamientos, mapas, hoteles, rutas para escalar, flora y fauna de Tanzania.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Halperin Donghi, una vida que llegó al libro
Con flores en las manos y la sonrisa a medio crecer, Tulio Halperin Donghi llegó anoche a la presentación de su libro de memorias, justamente titulado Son Memorias, que comenzó a gestarse en una serie de conversaciones entre Halperin, su amigo de años Jorge Lafforgue, Mariano Plotkin y Carlos Díaz, de la editorial Siglo XXI. Ayer fueron esos mismos interlocutores los que compartieron la mesa con el autor y Ezequiel Gallo en el auditorio de la Biblioteca Nacional.El libro SON-MEMORIAS es una evocación. El destacado historiador evoca sus años de infancia, la casa de la calle Yatay, el frío de los años 30, el barrio. Esa Buenos Aires que puertas adentro de la casa de los Halperin Donghi no era, reconoce el historiador, la del imaginario tanguero. Es durante esos años de infancia, donde el pequeño Tulio se asoma a aquello que luego será tema de sus exploraciones y motivo de sus libros: "El abigarrado acervo de nociones acertadas o extravagantes que fui acumulando en esos primeros años se refería ya a los temas y problemas que luego iban a ocuparme como investigador", afirma en las primeras páginas de Son Memorias. "Lo que ocurre siempre con la memoria es que a cierta edad es un tanto pavorosa. Toda la memoria es problemática por eso yo no sé bien, en este libro, cuánto agrego a lo que recuerdo", comentó el autor a Clarín poco antes de sumarse a la mesa. "Como vamos a presentar un libro de memorias me voy a permitir ser memorioso", arrancó diciendo Jorge Lafforgue y se explayó sobre su amistad con con Halperin. Para Lafforgue, el libro de su amigo es incitante, "porque empuja y abre horizontes y es una rúbrica perfecta de su entera obra", explicó.Plotkin dijo que estamos ante un libro de historia, pero una historia particular porque tiene a la propia memoria como materia prima. "Lo que emprende Halperin es la dificultosa tarea de historiar su memoria". Y agregó: "Tulio, el historiador, escribe en realidad una historia en la cual sus memorias constituyen fuentes privilegiadas, pero las somete al mismo rigor crítico al que sometería cualquier otro tipo de fuente escrita". Como Lafforgue había dicho antes, una de las grandes cualidades de Halperin es su capacidad de meterse en la piel de los hombres y los hechos que componen la historia: "Ahora se mete más que nunca en su propia piel y nos devuelve el retrato fascinante de un personaje por cuyas venas circula nuestra historia". Coincidió con esto el historiador Ezequiel Gallo, quien a su tiempo destacó la "descollante" capacidad de su colega "de extraer de los archivos y las fuente documentales respuestas que ninguno de nosotros había advertido". Halperin Donghi dijo sentirse halagado por la lecturas que esos "tres amigos" habían hecho de su libro. "No sé cómo continuar. Esto es excesivo", se emocionó. Y entonces abrió el juego al público.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Sale Harry Potter, ingresa Crepúsculo
El cambio de fecha del estreno de Harry Potter y el príncipe mestizo , que pasó de noviembre de este año a julio del próximo, no pasó inadvertido para los fanáticos de la saga creada por J.K. Rowling y mucho menos para los ejecutivos de Hollywood.
Por un lado, apenas Warner dio a conocer la noticia de la mudanza de Harry y sus amigos (en la Argentina, la película tiene ahora fecha para el 16 de julio de 2009), los responsables del estudio que produjo Crepúsculo , la esperada versión cinematográfica del libro de Stephenie Meyer, decidieron aprovechar el espacio vacante.
Así, el 21 de noviembre se conocerá en los Estados Unidos el romance adolescente entre un vampiro y una humana; se adelanta su estreno un mes para ocupar el lugar de los magos británicos. Más allá de los buenos reflejos de los productores de Crepúsculo , lo cierto es que los fanáticos del universo Potter no encuentran consuelo. Tanto los desespera el atraso de casi ocho meses que ya están organizando campañas en Internet para boicotear al estudio cuando finalmente se estrene la película.
La queja que más se repite en páginas como www.mugglenet.com y www.the-leaky-cauldron.org es que la única razón de Warner para intentar semejante cambio es ganar más dinero. Es que la recaudación de las películas que se estrenan en julio, en medio del verano norteamericano y tal vez durante el receso invernal local, siempre es mucho más alta que la taquilla de noviembre.
De hecho, Harry Potter y la Orden del Fénix , que se estrenó en el verano boreal de 2007, recaudó 938 millones de dólares en el nivel mundial. Aparentemente, a los fanáticos no los convenció la explicación del estudio, que alegó que los retrasos en sus producciones, provocados por la huelga de guionistas del año pasado, los obligaban a posponer su estreno más esperado.
Tanta sospecha generó la estrategia de Warner que hubo quienes se atrevieron a decir que el verdadero problema era una cuestión de imagen. Es que en los próximos días Daniel Radcliffe -el actor que encarna a Harry Potter desde 2001- llegará a Broadway para protagonizar Equus , la obra que ya encabezó en Londres y en la que aparece completamente desnudo. Dicen algunos que la superposición del personaje teatral y el cinematográfico habría preocupado a los encargados de promocionar el film infantil.
Claro que ésas no son más que especulaciones y lo cierto es que en su momento Warner tenía planeado para julio próximo el estreno de La liga de la justicia , un gran proyecto que ni siquiera llegó a filmarse por la mencionada huelga de guionistas, que paró a todo Hollywood a principios de año.
Por un lado, apenas Warner dio a conocer la noticia de la mudanza de Harry y sus amigos (en la Argentina, la película tiene ahora fecha para el 16 de julio de 2009), los responsables del estudio que produjo Crepúsculo , la esperada versión cinematográfica del libro de Stephenie Meyer, decidieron aprovechar el espacio vacante.
Así, el 21 de noviembre se conocerá en los Estados Unidos el romance adolescente entre un vampiro y una humana; se adelanta su estreno un mes para ocupar el lugar de los magos británicos. Más allá de los buenos reflejos de los productores de Crepúsculo , lo cierto es que los fanáticos del universo Potter no encuentran consuelo. Tanto los desespera el atraso de casi ocho meses que ya están organizando campañas en Internet para boicotear al estudio cuando finalmente se estrene la película.
La queja que más se repite en páginas como www.mugglenet.com y www.the-leaky-cauldron.org es que la única razón de Warner para intentar semejante cambio es ganar más dinero. Es que la recaudación de las películas que se estrenan en julio, en medio del verano norteamericano y tal vez durante el receso invernal local, siempre es mucho más alta que la taquilla de noviembre.
De hecho, Harry Potter y la Orden del Fénix , que se estrenó en el verano boreal de 2007, recaudó 938 millones de dólares en el nivel mundial. Aparentemente, a los fanáticos no los convenció la explicación del estudio, que alegó que los retrasos en sus producciones, provocados por la huelga de guionistas del año pasado, los obligaban a posponer su estreno más esperado.
Tanta sospecha generó la estrategia de Warner que hubo quienes se atrevieron a decir que el verdadero problema era una cuestión de imagen. Es que en los próximos días Daniel Radcliffe -el actor que encarna a Harry Potter desde 2001- llegará a Broadway para protagonizar Equus , la obra que ya encabezó en Londres y en la que aparece completamente desnudo. Dicen algunos que la superposición del personaje teatral y el cinematográfico habría preocupado a los encargados de promocionar el film infantil.
Claro que ésas no son más que especulaciones y lo cierto es que en su momento Warner tenía planeado para julio próximo el estreno de La liga de la justicia , un gran proyecto que ni siquiera llegó a filmarse por la mencionada huelga de guionistas, que paró a todo Hollywood a principios de año.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)