miércoles, 25 de julio de 2012

Los nuevos grandes novelistas norteamericanos

"Los nuevos dueños de la gran novela americana"

"Tras Philip Roth, John Updike y Don DeLillo, las más recientes generaciones de escritores estadounidenses revitalizan una narrativa que supo hacer escuela". Aquí la nota completa de La Nación.

¿Cuáles son lo nuevos recomendados? La lista:

David Foster Wallace

Nació en 1962 y murió en 2008. Es considerado por muchos uno de los escritores clave de su generación, aunque sus novelas y relatos no hayan carecido de detractores. The New York Times lo definió, al momento de su muerte, como el autor de novelas y relatos "prodigiosamente observadores, de tramas exuberantes, desafiantes desde el punto de vista gramatical y etimológico, filosóficamente perspicaces y culturalmente hipercontemporáneos".
Algunas obras:
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Jonathan Franzen

Edad: 52 años
Origen: Chicago

Algunas obras:
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Jonathan Lethem

Edad: 48 años
Origen: Nueva York
           
Algunas obras:
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Michael Chabon

Edad: 49 años
Origen: Boston

Algunas obras:
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Jeffrey Eugenides

Edad: 52 años
Origen: Detroit, Michigan

Algunas obras:
  • Las vírgenes suicidas (1993)
  • Middlesex (2002)
  • The Marriage Plot (2011)

miércoles, 11 de julio de 2012

Literatura infantil en vacaciones", de Sylvia Hopenhayn

"Literatura infantil en vacaciones", de Sylvia Hopenhayn (y nuestras recomendaciones de dónde encontrar los títulos sugeridos)

La frase de Bernard Shaw, tan citada en rebeldes causas (incluso por Jorge Luis Borges): "Interrumpí mi educación cuando empecé el colegio", puede incluir una extensión, "...y la recobré en las vacaciones de invierno".

Los quince días de julio son un momento propicio para los libros infantiles. Las editoriales lanzan novedades y promueven citas literarias de lo más diversas, principalmente en la Feria del Libro Infantil.

Una vez elegidos los títulos -porque de leer se trata- hay cierta paz reasegurada. No hace falta tropezar con una baldosa en días de lluvia, hacer larguísimas filas en cines y teatros, tampoco someterse a gastos interminables en shoppings atestados, ni apiadarse del león en el zoológico. Pasar las páginas es una forma de pasear contentos. Sobre todo, como diría Alicia, "si hay dibujos y diálogos".

La balada del rey y la muerte, de los holandeses Koos Meinderts y Harrie Jekkers, con ilustraciones de Piet Groblet, es una bella cita de palabras con imágenes. ¡Dan ganas de enmarcar las páginas! Cielos de acuarelas donde cada animal proyecta su nube, palmeras que estornudan, un león que es rey de puro rojo, y la muerte atrapada por una mancha grisácea con forma de campana. El texto es vivaz aunque vuelve sobre el tema de la muerte. Parece inevitable. En todas las edades aparece la misma consternación y la misma pregunta formulada de distinta manera, como si la palabra pudiera separar la vida de la muerte o mitigar su fatalidad.

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En esta historia, un rey convoca a los sabios para preguntarles por qué es necesaria la muerte. Ninguna respuesta le basta para calmar su espíritu atormentado; considera las explicaciones meras patrañas filosóficas que justifican la impotencia. Sólo se ilusiona cuando un sabio oportunista le asegura que la muerte existe. Y si existe, se la puede atrapar. El rey, junto a su séquito, acuden al lecho del hombre más agonizante y con una campana de vidrio, consiguen encerrar a la muerte. "Sentada detrás del vidrio, triste y afligida, la muerte parecía una pieza de museo en vida". Luego viene la cascada previsible: la alegría, la juerga, el exceso, los juegos peligrosos, la superpoblación, las guerras, el hastío... Y finalmente, las ganas de descansar. ¿No hay manera de evitar esta moraleja? ¿La premonición del hartazgo como una forma de compensar lo inevitable? ¿En vez de liberar a la muerte para aplacar los vicios no puede considerarse su extravío?

Otro infaltable para niños, con menos dibujos y sin pretensiones trascendentales: La Jirafa, el Pelícano y el Mono, de Roald Dahl (creador de los Gremlins y de Charlie y la fábrica de chocolate , entre muchísimos otros personajes y títulos). Una propuesta lúdica de amistad urbana.

Más títulos aquí

Por último, pequeños libros imprescindibles para contar con entonación: las nuevas ediciones de los cuentos de María Elena Walsh. Mi preferido: Historia de una princesa, su papá y el príncipe Kinoto Fukasuka. Juguetona enseñanza de lengua suelta y amor verdadero.

© La Nacion

viernes, 6 de julio de 2012

Literatura como el relato de las penas universales

Discurso de aceptación del Premio Nobel de William Faulkner*


"Creo que este honor no se confiere a mi persona sino a mi obra, la obra de toda una vida en la agonía y vicisitudes del espíritu humano, no por gloria ni en absoluto por lucro sino por crear de los elementos del espíritu humano algo que no existía. De manera que esta distinción es mía solo en calidad de depósito. No será difícil encontrar, para la parte monetaria que extraña, un destino acorde con los elevados propósitos de su origen.

Pero también me gustaría hacer lo mismo con el renombre, aprovechando este momento como pináculo desde el cual me escuchen los hombres y mujeres jóvenes que se dedican a la misma lucha y afanes entre los cuales ya hay uno que algún día se parará aquí donde yo estoy.

Nuestra tragedia actual es un temor general en todo el mundo, sufrido por tan largo tiempo que ya hemos aprendido a soportarlo. Ya no existen problemas del espíritu; sólo queda este interrogante: ¿Cuándo estallaré? A causa de ella, el escritor o escritora joven de hoy ha olvidado los problemas de los sentimientos contradictorios del corazón humano, que por sí solos pueden ser tema de buena literatura, ya que únicamente sobre ellos vale la pena de escribir y justifican la agonía y los afanes.

Ese escritor joven debe compenetrarse nuevamente de ellos. Aprender que la máxima debilidad es sentirse temeroso; y después de aprenderlo olvidar ese temor para siempre, no dejar lugar en su arsenal de escritor sino para las antiguas verdades y realidades del corazón, las eternas verdades universales sin las cuales toda historia es efímera y predestinada al fracaso: amor y honor, piedad y orgullo, compasión y sacrificio.

Mientras no lo haga así continuará trabajando bajo una maldición. No escribirá de amor sino de sensualidad, de derrotas en que nadie pierde nada de valor, de victorias sin esperanzas y, lo peor de todo, sin piedad ni compasión. Sus penas no serán penas universales y no dejarán huella. No escribirá acerca del corazón sino de las glándulas.

Mientras no capte de nuevo estas cosas, continuará escribiendo como si estuviera entre los hombres sólo observando el fin de la Humanidad. Yo rehúso aceptar el fin de la Humanidad.

Es fácil decir que el hombre es inmortal porque perdurará; que cuando haya sonado la última clarinada de la destrucción y su eco se haya apagado entre las últimas rocas inservibles que deja la marea y que enrojecen los rayos del crepúsculo, aun entonces se escuchará otro sonido: el de su voz débil e inextinguible todavía hablando.

También me niego a aceptar esto.

Creo que el hombre no perdurará simplemente sino que prevalecerá. Creo que es inmortal no por ser la única criatura que tiene voz inextinguible sino porque tiene un alma, un espíritu capaz de compasión, de sacrificio y de perseverancia.

El deber del poeta y del escritor es escribir sobre estos atributos. Ambos tienen el privilegio de ayudar al hombre a perseverar, exaltando su corazón, recordándole el ánimo y el honor, la esperanza y el orgullo, la compasión, la piedad y el sacrificio que han sido la gloria de su pasado.

La voz del poeta no debe relatar simplemente la historia del hombre, puede servirle de apoyo, ser una de las columnas que lo sostengan para perseverar y prevalecer".

Aquí, la reedición de su novela más celebrada, El ruido y furia. Y aquí, lo más relevante de su obra en versión digital.

*William Faulkner (New Albany, EE. UU., 1897-1962) fue uno de los más importantes escritores del siglo XIX, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1949. Autores claves de la literatura latinoamericana, como Gabriel García Márquez o Juan Carlos Onetti, han reconocido su enorme influencia.