martes, 19 de junio de 2012

En recuerdo de Alicia Steimberg

"Fue una gran escritora que nunca se dejó llevar por modas o convenciones. Siempre buscó un camino propio y original. Encontró una voz particular, alejada de cualquier facción, que se veía en su estilo y su escritura", declaró su amiga (y coeditora para el libro Antología del amor apasionado) Ana María Shúa.

"Alicia rompía con las reglas; eso es muy meritorio y muy difícil. Lo maravilloso que tenía Alicia era su enorme sentido del humor y lo aplicaba en lo erótico, algo que es muy difícil de hacer", definió a su vez, en la misma nota de La Nación, Luisa Valenzuela.

Algunos de sus grandes libros:

Cuando digo Magdalena, Premio Planeta Biblioteca Sur 1992

La selva

La música de Julia

Músicos y relojeros

y una joyita para aspirantes a escritores, Aprender a escribir.

miércoles, 13 de junio de 2012

"Poe escribe cada vez mejor"

"Poe escribe cada vez mejor", por Silvia Hopenhayn para La Nación
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Otra vez los cuentos de Edgar Allan Poe vuelven con su maldito frescor. Se leen como pan caliente, sobre todo en la traducción de Julio Cortázar, tan exquisita y llevadera, ahora reeditada por Edhasa con el título Cuentos completos. Son increíbles el poder de su prosa y la indagación que llevó adelante con la palabra para desbrozar la condición humana en un amplísimo espectro. El amor, la codicia, la angustia; el desenfreno, la pasión por el saber, la humildad, el engaño. Los mitos, las supercherías; la cábala, la frenología, las ciencias naturales, la filosofía, etc.
Cabe de todo en sus relatos, o más bien sus relatos abarcan pequeñas partes de un todo: los declives de la existencia. Poe dio vuelta una página de la literatura, así como luego lo hizo Joyce, o antes, Shakespeare. Es la escritura del enigma, en la que luego tantos autores abrevaron. Borges, a la cabeza. ¿Acaso no parece del autor argentino esta frase del cuento "Berenice"?: "Me encontré sentado en la biblioteca y de nuevo solo. Me parecía que acababa de despertar de un sueño confuso y excitante". O la insistencia del recuerdo, tantas veces enunciado por el Funes de Borges, repetición que aparece como ingrediente del delirio en varios cuentos de Poe, o la apelación a la creencia -trampa para adentrarnos en el género fantástico-, como en el comienzo de "El gato negro": "No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir".
Poe combinaba la inteligencia con las pasiones. "En lo más hondo y secreto de mi inteligencia se iluminaba algo así como una luciérnaga mental, una noción de verdad", dice el protagonista de "El escarabajo de oro". Pero como la revelación se asemeja a la locura, Legrand, el iluminado de este cuento, percibe ciertas sospechas del narrador acerca de su salud mental. Por eso no le brinda su descubrimiento así nomás y decide castigarlo por su falta de credibilidad, "con un poquitín de mistificación en frío". ¿No es maravilloso? ¿Y qué hace entonces? Le cuenta su hallazgo al tiempo que lo asusta.
Sí, el abanico de estas ficciones es inmenso. Hay cuentos que sorprenden incluso por la originalidad de sus títulos, como "El ángel de lo singular". O por la trama amorosa, tan intensa e inesperada; en "Los anteojos", juega con un clisé: "Hace años estaba de moda ridiculizar la noción de amor a primera vista? los descubrimientos modernos en el campo que cabe llamar magnetismo ético o estética magnética permiten suponer que los grilletes psíquicos más brillantes y duraderos son aquellos que quedan remachados por una mirada". O por sofisticadas intervenciones del narrador, como en "Berenice" (uno de mis favoritos, se habrá notado): "Las agonías que son surgieron de los éxtasis que pudieron haber sido". O por diálogos como el que entablan Oinos y Agathos en "El poder de las palabras", que consideran a las palabras "impulsos en el aire" capaces de crear nuevas constelaciones de estrellas. Sin duda, estos Cuentos completos crean una de esas constelaciones.

jueves, 7 de junio de 2012

Los 10 recomendados en el Día del Periodista

Hoy les proponemos una lista con libros recomendados sobre el oficio del periodista. 10 títulos que muestran el quehacer desde su mejor práctica (grandes crónicas, biografías e investigaciones) o desde la interioridad de algunos personajes inolvidables (protagonistas de novelas con esta profesión).

La selección de los títulos, a cargo de Astrid Riehn, periodista de la agencia dpa y colaboradora de Tiempo Argentino:




1. Primero, un homenaje para el recientemente fallecido Antonio Tabucchi y su Sostiene Pereira, que muestra la entrañable relación entre un viejo periodista portugués y un aspirante a serlo, el joven militante Monteiro Rossi.

2. También Cabeza de turco, de Günter Walraff, el famoso periodista alemán que adopta distintas identidades para investigar casos (por ejemplo, para este título, se había hecho pasar por obrero turco y así desenmascaró el maltrato a esa población en la Alemania de la década del 80).

3. Tercero, un clásico, una novela imperdible y la obra que Vargas Llosa ha confesado preferir entre toda su producción: Conversación en La Catedral, con su conflictuado personaje Zavalita (casado, treinteañero, limeño, en plena separación de los valores de su familia... y periodista).

4. Ébano, de Ryszard Kapuscinski, quien está considerado como el mejor cronista de todos los tiempos...

5. Cualquier libro de crónicas de Martín Caparrós: Larga distancia, Contra el cambio, El Interior...

6. Che, del periodista Jon Lee Anderson: un gran ejercicio biográfico sobre la figura del Che Guevara.

7. Y, por supuesto, la larga serie de aguafuertes arltianas. En este caso, podemos recomendar Aguafuertes porteñas: cultura y política.

8. Las crónicas de Clarice Lispector para el Jornal do Brasil, recopiladas en dos volúmenes: Revelación de un mundo y Descubrimientos.

9. Un ya-clásico contemporáneo: Los otros, de Josefina Licitra, excelente crónica del conurbano.

10. Y, finalmente, El perfume de nuestra tierra, de Kenize Mourad, un libro sobre el conflicto palestino-israelí, con entrevistas a involucrados de ambas partes.

Y la yapa número 11: obviamente, Operación Masacre, del escritor devenido periodista, devenido militante Rodolfo Walsh. El libro que inaugura, incluso antes que Truman Capote con A sangre fría, el género del non fiction o de la novela testimonial.